
La Familia: Más que un Hogar, una Iglesia Doméstica en Misión.
En un mundo donde las estructuras sociales parecen tambalearse, la familia emerge no como una simple unidad, sino como un diseño sagrado, un cimiento divino de la sociedad, la célula vital ordenada por Dios para tejer el tejido de la sociedad. El Concilio Vaticano II la llamó «Iglesia doméstica», un espacio donde la fe se transmite, el amor se encarna y la sociedad renace. Como matrimonios católicos, estamos llamados a ser conscientes de esta altísima vocación: ser arquitectos de civilización desde nuestro propio hogar.